La profunda crisis económica que atraviesa Argentina impacta fuertemente sobre la actividad comercial de la ciudad. Distintos relevamientos coinciden en que las ventas han bajado entre un treinta y un cincuenta por ciento en lo que va de 2018. En ese marco, muchos comerciantes dudan sobre si continuar su actividad o bajar la persiana.

El problema principal está dado por el deterioro del poder adquisitivo de la población, que obliga a las familias a recortar gastos constantemente. Los aumentos exorbitantes en las tarifas y la devaluación se llevan los recursos que antes se destinaban al consumo de indumentaria, esparcimiento, etc. y hasta merma las ventas de alimentos.

A lo anterior debe sumarse que los propios comerciantes deben afrontar facturas de electricidad y de gas que en la mayoría de los casos llegan a un 600% de lo que pagaban antes de los tarifazos. Mayores costos en un escenario de ventas desplomadas.

Los bancos declaran mayores problemas con el descubierto de sus clientes PYMEs y en Abril, los juicios por incumplimientos iniciados por AFIP y ARBA triplicaron los promedios históricos, lo que constituye un indicador del deterioro que se viene sufriendo en la cadena de pagos. Las moras con los bancos como con los organismos recaudadores son sumamente gravosas, por lo que nadie puede sospechar maniobras especulativas cuando un comerciante deja de pagar sus obligaciones. Sin embargo, desde esas instituciones se sigue procediendo como si se tratara de una cuestión voluntaria.

Y por si lo anterior fuera poco, hay que agregar que la suba del dólar impacta a la suba sobre los alquileres en un mercado inmobiliario referenciado en la divisa. Quienes deban renovar sus contratos ahora, o aplicar un reajuste, deberán hacerlo sobre la base de un dólar a $23 y subiendo.

El Sector Comercio en Junín explica una porción sustancial de los puestos de trabajo existentes, tanto en relación de dependencia como de forma autónoma. Es, asimismo, una fuente de ingresos netos a la ciudad, puesto que por su liderazgo regional concentra el consumo de clientes de toda la región. Su aporte a las arcas municipales es evidente.

Es por esto que desde Unidad Ciudadana se le pide al Intendente Petrecca que intervenga en defensa de los comerciantes PYMEs. El proyecto de Emergencia Comercial insta al ejecutivo municipal a gestionar la suspensión de los cortes en el suministro de gas y de electricidad ante las empresas y cooperativas proveedoras, así como una disminución de los intereses por mora. También insta al Intendente a gestionar ante ARBA y AFIP que no inicien nuevos juicios a las PYMEs por deudas contraídas durante el presente año.

Si bien la política económica del gobierno nacional es la principal causa de la crisis económica que afecta también al sector, desde el Gobierno Local hay cosas para hacer. Muchos comerciantes están dispuestos a permanecer en la actividad aún con viento en contra, siempre que se lo permitan. Sin embargo, un corte de luz o de gas, un juicio con embargo, o simplemente el desinterés del intendente por esta situación podrían dejar a muchos al costado del camino.

La ordenanza no solo no genera un costo fiscal desmesurado al municipio, sino que lo que hoy se resigne se recuperará el próximo año con la supervivencia de los comercios que hoy se ayuden. Lo mismo corre para la Provincia y la Nación. Acceder al presente proyecto constituye una señal de que realmente creen en su predicción de un rebote a partir de ahora.